Mi nombre es Miguel Macaro, he nacido en Valladolid en el año 1993.

No creo que pueda explicar lo realmente importante que son para mí la pintura y el arte en general. El arte es una actividad de gran profundidad y me siento agradecido de formar parte de ello.

Mi familia siempre se interesó en que yo conociera el arte, tanto para mi formación cultural como, sobre todo, para mi enriquecimiento personal. Es desde aquí desde donde parto, de las obras que he visto en los museos y salas de arte a lo largo de toda mi vida, en los que he ido encontrando a los grandes artistas, cuyos asuntos sin resolver me preocupan de la misma forma.

Admiro el arte clásico porque es el pilar básico de los artistas y un refugio intelectual. En el arte contemporáneo encuentro también miles de buenos ejemplos y podía decir que me interesa todo lo que se hace actualmente, pero personalmente me siento identificado con los expresionistas alemanes y la abstracción norteamericana. Creo que el modo en que utilizo el color, el trazo arriesgado y la forma de componer los cuadros reflejan perfectamente esos referentes.

Mi manera de trabajar es algo densa y pesada, Paso muchas horas frente a un lienzo hasta que en él encuentro la imagen que estoy buscando. Empleo en ello toda mi capacidad expresiva, mi sensibilidad y ese algo de melancolía.